domingo, 30 de octubre de 2011

Mecenas de mis conspicuos instantes,
los instantes de la piel,
la piel que habla y ya no calla
porque tiene una visión,
una adepta que me asombra
en cada estremecida madrugada.

Ella, desprendida de sus luces,
dadivosa al regalarme en un cerrar de ojos
el abrazo, el beso, el roce de un gemido
que deja de ser eco y vuelve.
Me persiguen los momentos
Jugamos a las escondidas y les dejo,
me encuentran, los encuentro
y las miradas se tornan asombros
estudiando un nuevo movimiento,
acompasado.
Yacemos en el antecedente,
somos esta minuciosa imperfección
de polvo que se agita,
que se hace una amalgama en el tamiz del tiempo,
nos contrae, nos dilata,
hace un émbolo en el aire retorcido
y nos confiere un solo instante sempiterno.

jueves, 27 de octubre de 2011

Me despedí de los faroles, sus jactancias,
de su escafandra relucida,
de baldear alientos para conmover
y anduve el día con mis ojos de cerrar los porticones
y presumí de noche defenestrada en las mirillas.

miércoles, 26 de octubre de 2011


Desemboco entre la sabana y el frio
y un bocado que a traición me vilipendia,
se lanza,
y se vacía por las extensiones
de mi sueño derramado.

Por este acalambrado cuerpo
se mulle este colchón del no recuerdo,
se duerme y me despista, me duerme,
entumecida y con poco, que muy poco juicio.

martes, 25 de octubre de 2011

Mirarme en el espejo con el disimulo
de no saber si me habré visto antes,
¿y si habré cruzado algún atisbo emoliente , entrometido?
para cerciorarme de que si que existo,
y de que si me he visto si me acuerdo,
porque no soy una alucinación encarcelada en un cristal cromado.

lunes, 24 de octubre de 2011

Un martilleo laxo pero audaz
persigue cada paso salpicado por el suelo.
Suplican las canillas humeantes,
 se humedecen las costuras de este pantalón deshilachado
y mientras, llueve recíprocamente
entre la alcantarilla que desborda
y mi cabeza.

domingo, 23 de octubre de 2011

La calle se ha llenado de perfume a tierra y a amarillo,
he sacudido las esteras de laureles de mis pies
y he puesto en el aviento de mis ventanales
una crin cardada y malherida en un costado por la luna,
apuñalada, en un descuido de la noche o de sus nubes,
embriagadas por la lluvia hermosamente estoica,
ronca y aliviada por este perfume a tierra y a amarillo.

sábado, 22 de octubre de 2011


Un pequeño cernedor de las pasiones
me libaba la sonrisa
y entumecía cada pómulo, mi pómulo,
con una aventajada y sonrojada prominencia.
Quería gritar con cada extremidad improvisada,
mis no manos
y resonar al no silencio
con palabras mudas ilustradas con el cuerpo,
proscritas del lenguaje
consumadas en las intenciones,
en el haz de los ingenios;
un embrujo en el contexto que me da la calma.

miércoles, 19 de octubre de 2011


Y resulta que no ver el sol me agrada.
No mermar los ojos
para reparar que hay luz en lo más negro,
me sorprende,
porque estoy sentada
y veo más allá de mis pestañas,
de mi rímel azabache
sin sombra y sin paraguas.
Tengo un marcapasos que me da las horas.

viernes, 14 de octubre de 2011

Reconozco en el paisaje de tus labios, un páramo de siete soles.
Tus labios…
asgan delicadamente las cinéticas molduras de sus letras
que amanecen en la llaneza de su apetencia,
sin alejarse demasiado,
agitantes como fárfaras de arroz
que se revuelven en el soplo cálido que intenta retenerlas.

jueves, 13 de octubre de 2011

En el camino hacia tu rostro
encuentro un brote de solemnidad hasta tu cuerpo,
el mismo que me nombra libre
y yo auguro como un largo despertar
en la avenida relucida hacia tus manos.
Una fiel continuidad del eco que tapiza nuestra piel
en el matiz perenne de lo que se piensa eterno,
aunque no pretenda el serlo
impulsando una inquietud desaforada
en el deseo de cortar un simple tallo cincelado
en cada albor que alcanzan los pequeños parpadeos,
los detalles,
la nadería del gozo.
Y perderse,
en el Desgajo de los pétalos de luz
y confesarse en unos ojos deslumbrados,
la distancia se estremece, asfixia sus posibles ocurrencias
en el desatino de sentirse ajena a nuestro celo.
Aliento mi pecado entre tus labios
y me inicio en este amanecer que me desdobla
apaciguando cada curva de una espalda manifiesta,
el abrazo de un lamento que se ha vuelto acorde
sincopado en cada onda que me arrastra sin remedio.

miércoles, 12 de octubre de 2011

En cada eslabón de mi cadena
existe una distancia que no se compromete,
puede deslizarse y derribarse sobre el piso,
puede creerse lluvia de serpientes
y morder el polvo con el corrosivo curso del veneno.
En cada eslabón se pueden escribir palabras sin sentido,
que en mi oído,  son susurros
o pequeñas muestras de lo poco que comprendo,
reseñas de este vademécum que destierro o simplemente aparto.
No necesito lecciones de perseverancia ni de verbos,
no necesito lunas ni morriñas que me extrañen,
que me piensen,
que me tengan presa en una cajita de grillos,
ahora asumo la caricia de mi mano
y converso con la otra.

lunes, 10 de octubre de 2011

39+1 Felicidades Mafi!

Escribir en ese pecho alborotado
firmando con latidos,
mordisqueando cada pulso con los labios
y ver que no se nace, se renace.

Se encandilan los rumores y los años,
se manejan,
con el debido atrevimiento
y sin el idéntico respeto
de un dueto a media luz sin gas y sin orquesta,
un éxodo del miedo.

sábado, 8 de octubre de 2011

He visto una lágrima tan tan de cerca que me ha dicho hasta su nombre,
privilegios de la madurez…

viernes, 7 de octubre de 2011

Enloqueció la luna por mirarse en el dechado,
por entintarse de sonrisa y de lucero
enluciéndose en la cerrazón.
Maquilló su desolación con nebulosas;
y embebida de reflejo
se amortajó en una copa;
un solo trago de silencio…
y quedó un pequeño añico del destello.

martes, 4 de octubre de 2011

Creo en el devengo y en la inercia
de mi propio hueste de fisonomías,
un rostro para cada prenda o vestidura,
el  gesto dadivoso y dádiva de cada poco
que resulta una magnánima proeza.

domingo, 2 de octubre de 2011

La reflexión me lleva al paradigma de mi propio ejemplo
para nunca redundarme en nada
y no creer que cada día hago lo mismo,
no es una rutina
es un aprendizaje que mientras aguante la memoria es útil
o simplemente entretenido,
un álbum que miro sin anhelos
con curiosidad y sin preguntas.
Las expectativas matan o maltratan a los sueños,
no hay tatuajes en la piel,
solo una avidez elucubrada de mi misma,
un renacimiento en cada despertar
y un reinventarme cada día sin creerme demasiado lo aprendido.