jueves, 29 de septiembre de 2011

Sentirte y ser de miel,
hacerte mi melaza y mi aguadulce
y solo porque creo y se tan cierto
que hoy sueño sin soñar
y me amanece mientras duermo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Tentarse en el instante y aprender que aquel momento
era un relámpago,
un brote de frescura a bocajarro
empatizando con la piel.

"Estos brazos no duelen, solo aprietan
y no pretenden hacer ni deshacer desde sus manos
ninguna estratagema,
solo un lenguaje de mudos,
para manos, para brazos, para piernas, para labios…"

martes, 27 de septiembre de 2011

Rechinan las bisagras en la jaula de los grillos,
el viento no concluye en los barrotes
y golpea su dureza contra el hierro.
Los grillos no se agitan y frotan su angostura
o su destreza innata
en el camino de la maestría.
El soplo se rinde y se marcha.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Me acurruqué bajo el calor del párpado,
de un par de parpados o remos avizores
y me dormí enfilando un todo en blanco concurrido,
un éxodo sin más declive ni pasaje al que mostrarse.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Mordisquear  el aire en busca de palabras
y ver como se esfuman o simplemente no existen, no hay ganas.
Son el protocolo que se torna vacuo,
que se entorna tras los ojos
y se muestra introvertidamente deprimido,
como este sentimiento universal que creo que merezco.

sábado, 24 de septiembre de 2011

La fiebre es la insolencia de un rumor
o un chismoteo impropio,
grosera y evidentemente sorda,
mi sombra es blanca o un intento vacilante
y mi sien, un corazón destituido.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Escribo en el dintel del albedrio
un pequeño roce de sarcasmo,
una palabra
que se reseña con bilis o almíbar
y se viste de plegaria o aleluya,
indiferentemente, igualitariamente,
prostituta en el burdel del abecé.
Nada es creíble
cuando se escucha solo con dos ojos.

martes, 20 de septiembre de 2011


Se hacían nidos con la piel de estambre
y los llenaban de virutas chispeantes
acorazando corazones en soflamas.

Su lecho era un jergón prendido de caminos,
de singladuras de unas manos incendiarias
hendiendo al hueso hasta la nausea
en la implosión rayana de artificios,
mudada en aluvión candente.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Broto en este parpadeo o brisa que te nombra
y puedo ver y amar en una sola libación
y hacer de mi mayor locura lo mas cuerdo.

Esta unánime amalgama de filosofías
es querer como el desboque de un jamelgo trasnochado,
peinando el aire con su crin de lluvia alborotada.

sábado, 17 de septiembre de 2011

La carcajada...
vale como el único argumento;
y un desnudo…
el sublime tejido del cuerpo.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Turista de mis huellas,
viajera entre la calle luna y el exilio
inhumo las postales
de un lugar llamado incertidumbre.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Me inclino en sospechar que tengo manos,
manos que se disfrazan de pies
y caminan con sondeos,
avanzan, reclaman
y les pregunto si tengo pies
que consoliden este atrevimiento
y me inclino en sospechar
que tengo unos que no se vencen
y que auguran unas botas remachadas.

domingo, 11 de septiembre de 2011

El miedo
nos torna vulnerables ante el mismísimo miedo,
nos paraliza, nos contrasta,
se infiltra en las arterias,
en la garganta, en la lengua de la garganta,
exprime el músculo, la razón, la sinrazón y el sacro,
estalla
y nos deja del revés,
expuestos.
Hay que sacudir los pies muy lentamente,
cauterizar y ser colateral en cada juicio
agarrando esta zozobra por las astas.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Detrás de mí estoy yo,
respondo de mi extenso elenco de defectos
y puedo presumir de un largo etcétera
que abraza mi pequeño prisma.
Detrás de mí, siempre estoy yo,
me reconozco en el espejo de tu gesto
y a duras penas
puedo levantar un hilo de mi inabordable palabra.
Esta afonía no es innata ni es ambigua,
las ambigüedades sobrepasan cualquier intención
y dejan al desnudo su ponencia.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Novicia en la perplejidad de los golpes
disimulo un cárdeno desliz,
sigo siendo la neófita de mi trastienda.
No volveré a tener más miedo de mi sombra,
me cobija y solo tengo una,
y aunque lejos me quede la facultad de ser árbol
puedo agradecer su lejanía, existe.
Ya no pintaré de sepia estos pasajes,
amarillean sin auxilio
y con su menudeo consecuente
se tornan cenicientos.

martes, 6 de septiembre de 2011

El hábito que enluzco
profesa en esta mácula que exige un precio,
se declama incorruptiblemente
en los apéndices partidos.
El  eterno “yo” del sin y con las prisas,
una confesión interminable urdida con perfumes
sobre un cendal  de hilo que ahora esconde un rostro
y desempeña  la perplejidad de un gesto en el sudario,
el rostro subrepticio de los días.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Este sabor  frugal se simplifica tanto,
que apenas reconozco los sentidos
y se embrollan en la disensión.
Desmenuzo parte de la parte,
agoto los instintos que me desorientan
y me gozo, me desafían los aromas,
sibarita,
epicúrea de reminiscencias,
anegada en esta atmosfera salina
con olor a piel,
a sábana nodriza y alcahueta
que me asienta en cada roce sibilino.
En un solo segundo puedo dilatar el tiempo
y me recreo,
soy tus labios, soy mis besos,
soy tus manos, soy el trémulo apetito,
la codicia,
el silbido del silencio antagonista
templado y perentorio.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El otoño de mis calendarios, nunca falla, por más que los abone,
los irrigue y agasaje, siempre se deshojan.