viernes, 25 de diciembre de 2009

Viernes 25 En Fragua

Me adentro en el bosque de neblina perezosa
buscando la quietud de quien no estorba.
Mullida entre los pasos, sátiros y calmos
escondo la razón de ser la prosa.

Silencio que comparto en este calmo suspirar,
firmando en cada mudo paso,
imprento huellas de cristal dejando rastros.

Candelabro que se quiebra
cuando creo al fin llegar al fin del campo,
que se abre castamente entre mis manos
de alfileres que entristecen cada tacto.

Hielo sangres ¿Destilo savias?
¡¡¡Descarriada yo, pobre de mi!!!
Atesoro en las entradas que trastornan los efugios,
por prohibidos por cerrados, mutilados.

Ensalmo empocimado es el que cala,
entre estancados peces ambarinos,
la mortaja que añadir a esta esperanza
coniforme que despierta sobre mí.

¿Seré la brisa en el vergel?
¿Seré la sombra, si es que fui?
¡¡¡Descarriada yo, pobre de mi!!!

Que escuché cantos sugestivos,
vi sonrisas extraviadas,
abducí, concebí mías,
quizás, perdido entre alboradas.
Puedo decir, sentir, latir,
tristeza en fragua.