lunes, 5 de octubre de 2009

Lunes 5 Divagación IV



Mi rincón, un sillón recogido,
entre calada y calada y un buen sorbo de café,
como una alumna aplicada,
espero a que transcriba, yo callada.


Microcosmos que se nutre así mismo
de las palabras escritas, dictadas por nuestra mente,
que a veces es tan rápida que nos pierde.
¡Que lástima de ese verso perdido!


Este dictamen es de un narrador constante, de hazañas,
delirios, amores y desencuentros, una grata compañía.
Y aunque parezca un silencio,
nunca es de aquellos que cansan.


Acogedoras guaridas, las que disfrutamos cabales,
lugares prohibidos donde podemos pensar,
sustraernos de nuestro medio,
como si tropezaran nuestros pies con el mundo.