Mi cuerpo se destiñe por momentos,
recuerdo fustigado que repite
que me enviste y se derrama
entre sábanas copadas.
Rememora la fertilidad del alma
me somete a la fragilidad corpórea,
tengo días, noches ,calma
que se elevan, desmoronan,
que florecen entre sueños
y desfloran suaves granas
cual nodrizas de simiente.
Vaina solemne y discreta
impelida en la corriente
por las ondas de mis pliegues
hasta orillas de este mar,
mi cuerpo que renace y siente
néctar miel y piel de rosa
y una caricia en mi vientre.