domingo, 28 de octubre de 2012


¿No sé por dónde escupe exactamente el frio?
Crepitando por debajo de la puerta,
crecido y presumiendo de su condición ambigua
desbocado en el silencio de un reloj versátil.
Se aferra en estas sábanas febriles,
la cama hostiga su calor
y sin requisa, mis manos gélidas
delatan un principio de fisura
donde brota la indolencia
y yo desfloro los renuevos con sus pétalos de escarcha,
lluevo en la espontanead del duermevela y se desangran,
confluyen en las sábanas que aún queman,
se evaporan como el sueño
y puedo ver sus sombras lémures
dibujando el escenario de una hora que no existe.