sábado, 5 de septiembre de 2015

Mafalda se pierde en la casa de Alicia,
y concluye que la maravilla no es belleza.
Estupefacta en su revelación,
abandona los hidratos y el azúcar,
acelera su pulso a conciencia
para evitar esos desmayos de inconsciencia
que la celan de infortunios.
Descoyunturada por la inercia de los cuentos
se abre paso y surca las palabras,
despedazando su recelo,
avanzando por las puertas épicas que menguan
un sin final premeditado.
Esta curiosidad felina que acuño en mi memoria desteñida,
reconcome la inquietud de mi ignorancia hambrienta;
y aún en esta senectud se manifiesta erecta y sin complejos,
más sabia, más tonta, más exigente y  si cabe más absurda.

Es una pena invasiva y complaciente que derrama las simientes
y augura el segundo tras segundo con sigilo.
Me despierta la prisa  del amanecer y su locura
para preguntarme a mí ¿Por donde empiezo?
sin pensar en un final posible.

Lluevo y me decanto,  arrastrando doctrinas  a lo largo del camino,
una presunta vía de inconsciencia que me da el vigor que necesito
y un nimio avance al episodio que no existe.


¿Dónde estará aquí el mar? para llegar evaporada y zozobrar.

sábado, 1 de agosto de 2015

Rompe el alba en el malecón de las pupilas,
se brindan embriagadas a la luz.
Huele a sábado y a tierra humedecida,
se carcome la piel con un frescor inesperado y bienvenido,
porqué ayer llovió y se fraguo el cemento quebradizo en el silencio;
y entre sus grietas,
hilarantes truenos y algún fucilazo de neón,
hermosa noche de agua-dulce.

lunes, 27 de julio de 2015

Tengo unos zapatos que me dañan el tendón de Aquiles,
argumentan que no tengo horma ni artesano;
y ando,
ando perdida en busca del zapato de salón para bailar,
perdida entre las botas que se juntan en esta trinchera,
que se mimetizan;
y quiero,
quiero caminar bajo la lluvia,
para que no se vean las huellas,
y así,
nadie sabrá que ando descalza.

domingo, 29 de marzo de 2015

MIEMBRO FANTASMA

Consternada por lo acontecido esta semana y al tener tanta proximidad a ello, una parte de mí sigue un duelo.
Un síndrome de miembro fantasma que se solidariza con la falta que sufren tantas familias, con la pérdida de un ser querido, empatizada.

¿Como un miembro que amputado de raíz sin justificación puede doler tanto? y dejar un sin sentido en las mañanas y arrasar con este  miedo a despertar y saber que no se trata de una pesadilla ajena?

El azar juega sin prisa con la vida, a veces de manera generosa y a veces con esta alevosía tan premeditada y mortífera, sin compensación posible tras el desenlace.

Sigue doliendo el miembro, sigue, y un espejo no podrá jamás equilibrar lo que se lleva la miseria de la misma mente humana.

D.E.P

domingo, 22 de marzo de 2015

El blanco  del papel se evangeliza en las pupilas de mis ojos.

sábado, 28 de febrero de 2015

Escribo estas palabras libres que naufragan en la esclavitud,
sacudiendo la cabeza en esta tregua para liberarlas,
afilando la lengua entre barrotes,
porque dicen que si pasa entre los hierros
el cuerpo va con ella.
Pero no es cierto, no se doblegan, no me dan paso,
me encierran.

El secreto de esta evasión imperativa,
está en lo efímero y dramático de un parto,
en un lugar donde el cerebro
aguarda una actitud ilustrada,
reposa adormecida hasta que diga “ Basta”

Será entonces  el momento
de dar cuenta de que hay cosas
que no pueden existir en cautiverio

y se fundirán las trabas sin necesidad de esfuerzo. 

domingo, 22 de febrero de 2015

No puedo acusar siempre al ocaso
como quien pronuncia un nombre con melancolía,
la añoranza consume la carne, consume al hombre.

Las cosas son tal como son, ni blancas ni negras
y los matices, una subjetiva forma de tener recuerdos,
de hacer planes, deshacerlos y olvidarlos,
un defecto innato pero necesario.
Este pequeño y palpitante soplo de realidad
nos lleva hasta los sueños,
otra realidad que comparto por empatía o por nostalgia,
no lo sé, solo profetizo con la perseverancia y el esfuerzo,
pero a veces ni con eso es suficiente.

La vida se vive cada día y cuesta,
a veces cansa otras descansa...
la felicidad un mito de un segundo aleatorio
vivir no es fácil, morir tampoco.