Me miraba el río y se reía de mi,
porqué buscaba el espejo etéreo
y yo, era agua, arresto y hervor.
-¿Dónde irás ahora que libraste tu reflejo?
Me pregunta sin avíos
y esperando un mohín de liquidez
-Quizá vuelva al lugar de donde vengo
Mis palabras fluían por el cauce,
y un cauce a mil lustros de albor de estar seco
me devolvía la sonrisa intrínseca.
-Dame la mano y me fluyes
Los ojos del río se achicaron de caudal
y el sol le enjugó los labios, siseaba…
-Recordaba tu retozo en los meandros !Vamos¡