De las auroras haré trizas ingeniosas en la oscuridad
y algún bosquejo de una senda giba y encrespada,
la adularé con unos labios de terrón de azúcar desbriznado
aplacando su efigie librepensadora.
¡Y de la chistera un cimiento de espejito ciego!
que desgrana alegorías inmoderadas de reservas,
causa y efecto en este zenit de una trayectoria nigromante.