jueves, 3 de marzo de 2011

Miércoles 02 DIVAGCIÓN XX

La neblina no se dispersa con la facilidad que uno desea,
la tenemos en la horizontal de nuestra vista,
nos arremete contra los peñascos,
rasguña lo superficial de las heridas
y cauteriza nuevamente.
En su dádiva nos  viste de perseverancia y cicatrices
para tener el arresto de seguir zigzagueando
hacia la apología de un futuro
que digerimos desde el “ya”, de un solo aliento
y donde no coexista, lo precario.