No puedo acusar siempre al ocaso
como quien pronuncia un nombre con melancolía,
la añoranza consume la carne, consume al hombre.
Las cosas son tal como son, ni blancas ni negras
y los matices, una subjetiva forma de tener recuerdos,
de hacer planes, deshacerlos y olvidarlos,
un defecto innato pero necesario.
Este pequeño y palpitante soplo de realidad
nos lleva hasta los sueños,
otra realidad que comparto por empatía o por nostalgia,
no lo sé, solo profetizo con la perseverancia y el esfuerzo,
pero a veces ni con eso es suficiente.
La vida se vive cada día y cuesta,
a veces cansa otras descansa...
la felicidad un mito de un segundo aleatorio
vivir no es fácil, morir tampoco.