domingo, 2 de mayo de 2010

CICLO VITAL

















He amanecido amaneciendo,
silencioso, domingo, silente,
solo escucho los latidos, del reloj,
palpitan a escarpia abierta.

No cabecea, no transmite excitación,
nunca deja adivinar su rictus o desidia,
no se detiene, jamás, no muere,
está condenado a vagar con la prosodia del tiempo.

Así que hoy igual que ayer, sus células mecánicas
seguirán falleciendo, nutriéndose de experiencias
y prorrumpiendo en este suelo
que ahora sale de las sombras,

¡Impertérrito dispositivo!