viernes, 11 de junio de 2010

Viernes 11 ANOCHECE QUE NO ES POCO

Me llevo lo que me dejé en ninguna parte
para encontrarlo de nuevo en algún sitio,
y que represente mi retrato anónimo
sitiada desde el varadero en esta reflexión salubra.

Y la brisa alisea de mi voz
me inspira para seguir respirando,
para escuchar con los ojos entreabiertos
como se arrima el albor de unas huellas.

La luminaria hosca me susurra,
tiene cosas que decirme,
¿Me extrañabas desde tu reposo?
Si, me responde y sigue musitando.

Y así me confiesan los días,
a versos, a rostros, a lumbres, a estambres,
transitando bajo doseles del puerto,
a luz de alcurnia y piel salobra.

El muelle se retira manso de mi lado,
se descarta sin mirar atrás mi buen recaudo,
se sonríe, se sonroja y se diluye,
entre las marismas que faenan en mi costa.