domingo, 6 de noviembre de 2016

Esto no es un sitio muerto, es una bofetada que cabalga
y que a horcajadas se desboca comenzando desde el norte
y acabando en las antípodas del ego.
Encimada en un jamelgo bizarro que no acecha,
pero  brinda con su coz certera
aturdimiento y pena.
Mis ojos asienten sin apenas parpadeo
y mi voz, por fin sin voz callada increpa
a la desaprendida y desandada que me aterra
y es que todo lo emprendido se ha quedado en un esbozo,
en un boceto de sonrisa,
en un boceto de palabras y de abrazos,
porque ya no sé de nada, nada, ni respiro,

pero me repito, esto no es un sitio muerto, es una bofetada…

3 comentarios:

  1. A veces no hay diferencia, Poeta, pero a veces es mucho mejor una bofetada -una lección, a fin de cuentas- que un finasl donde no hay lección que valga (los esbozos son siempre los imprescindibles esqueletos de algo, ¿no?) (¡Oh!, Soy Cristián, ¿vale?)

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