Estas yemas plúmbeas segregan sal aguada
y se han convertido en expertas gemebundas
para humedecer el rostro que las mira,
desfloran los pétalos de dos en dos
para recrear la lluvia requebrada sobre las cenizas
y descararse en el jardín de los abscesos.
Todo lo que se sumerge en el salitre, flota
y se incinera en el impreciso camino de soles
derramando tamo sobre tamo.
La vista se agrieta intentando ver el sedimento,
se desgasta, se aburre y olvida.
y se han convertido en expertas gemebundas
para humedecer el rostro que las mira,
desfloran los pétalos de dos en dos
para recrear la lluvia requebrada sobre las cenizas
y descararse en el jardín de los abscesos.
Todo lo que se sumerge en el salitre, flota
y se incinera en el impreciso camino de soles
derramando tamo sobre tamo.
La vista se agrieta intentando ver el sedimento,
se desgasta, se aburre y olvida.
Me alegra encontrar tus palabras. Son inéditas y renovadas y llegan a esas profundidades que están más allá de la piel.
ResponderEliminarUn abrazo
!Felicidades,"chatarrera" de las grafías;que todo arte es transformación, trabucamiento, incluso descoyuntamiento...
ResponderEliminarLa vista se alegra intentando leer lo no dicho en tu poema, se lanza a bucear entre las palabras, se goza y promete volver a leerte. Todo un hallazgo tu espacio. Felicitaciones.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! y un gran abrazo.
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