Pienso en ti cada segundo que me cuenta a medias
y ya no me pregunto nada,
me conformo en profesar
y no temer al sacudir tantas auroras,
pensar en la sospecha que aún sin forma
se carameliza en la garganta,
porque así lo hacemos
con las faringes ciegas
y los silencios videntes en algún rincón furtivo.
Y quiero,
hacerme hierro en el propósito tenaz de serlo
por fundición a la debilidad que a veces,
asoma su vertiginosa cola chispeante,
pero sola,
con el estoque medular a cuestas
y rociando estirpe por la boca.
****
Ignotos en el acantilado dialecto de los mudos
departimos más allá del verbo.
y ya no me pregunto nada,
me conformo en profesar
y no temer al sacudir tantas auroras,
pensar en la sospecha que aún sin forma
se carameliza en la garganta,
porque así lo hacemos
con las faringes ciegas
y los silencios videntes en algún rincón furtivo.
Y quiero,
hacerme hierro en el propósito tenaz de serlo
por fundición a la debilidad que a veces,
asoma su vertiginosa cola chispeante,
pero sola,
con el estoque medular a cuestas
y rociando estirpe por la boca.
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Ignotos en el acantilado dialecto de los mudos
departimos más allá del verbo.
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