Yo no quiero disiparme ni guardarme nada
y abro las ventanas por si acaso
¡viento franquea, devasta, suspírame en los labios!
que yo te canto y te seduzco en las cisuras, descarada,
nunca me abandonaré a la suerte que me encuentre,
yo dirijo mi cintura caminando por la línea discontinua,
levantando el talco, acicalando albero
y aún así me solicito alguna cita,
algún recuerdo que me ilustre del revés,
no desando, ni hay atajos,
solo aprendo
y si me he visto, no me acuerdo.
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