jueves, 4 de agosto de 2011

Miércoles 03

El margen de aquel afluente era un huelgo de sutilidad,
albo, salinero y silenciosamente liso.
Escandalosamente un dulce recorrido
que ruborizaba a los temores más sensatos.
Un origen y un final a todos los los caminos.

2 comentarios:

  1. Buenos pensamientos, un grato placer pasar a leerte.
    te deseo una feliz semana.
    un abrazo.

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  2. Muchas gracias Ricardo, bienvenidas tus palabras!
    Un abrazo

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