Las noches se solazaban con el mundo,
y ejecutaban desde su diestra cerrazón
una vanidad descomedida
al vanagloriarse de la facilidad de su oficio,
yacentes desde el desdén de un hemisferio insondable
y ebrias de destellos malogrados,
brindaban sin luna y sin sombra
al desdibujar las trazas de un día de locos.
linda y triste, pero con gran estilo.
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