Nunca me expresé con suficiente claridad,
no fue tarea fácil ni difícil,
simplemente fue,
como el arrollo subterráneo que se va enriqueciendo
de fatuas palabras nonatas
y estas fenecen sin ser,
mientras, sus cadáveres,
deshecho de las aguas falaces
amalgaman una viscosidad sofisticada al compás del silencio.
Nadie las llora ni las recupera de su poza,
y las plañideras expían sus manos con la donosura
que consiguen a granel por la permuta de amparos .
El ejercicio de borrar los labios es la mala praxis que conozco,
un alimento privilegiado de parásitos y desencantos
que anidan en los lodazales y son ciegos.
Quizá de los milagros se hace el hábito de quien espera alguno,
yo no instauro mis quimeras,
aprendí de algún error que otro,
los arbotantes de mi ego deconstruyen los traspiés
y hacen enmiendas de argumento litigado.
Cuanta belleza en tus versos, amiga...
ResponderEliminarBesos y todo mi cariño...
~Charo Bustos~☺