Hoy me he dado cuenta que me visita un ángel,
está en la cenit de mi espacio,
siempre vela
y es la fastuosa luz
que se endemontra de crepúsculo,
es mi lunar de ceremonia laica
porque sabe que no se de rezos
y me departe tomando desmedidos lances,
yo lo amo y él lo sabe.
Jugar con soflamas es la perdición para un encuentro,
es efímero y de fatua levedad desazonada,
¡Lo insurrecto, lo inquiero azorado!
y le mido su garganta de nirvana
que quebranta miedos.
Sus ojos de litio me convocan,
su color se precipita en la ciénaga de los míos
y los prende de entresijos y de labios
que me dan un tiempo que pretendo, que desea,
percibirlo en fruición
me prosodia en primacía,
no me bautizaré en su mística
ya que mi recogimiento me lo inhibe
por no tener principios ni finales,
solo atardeceres de los faustos
y fatuas conspiraciones de mi pulso,
me exhorto
al hacer jactancias de su corto vuelo,
será un ángel desfallecido,
un ser-afín a mis límenes,
alquerías que cosechan sacudidas
capaces de trasplantar un corazón de aura.
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