jueves, 27 de mayo de 2010

Jueves 27 LO QUE EL MAR SE LLEVO

Me he perdido en la acromía de las playas de coral,
perfilando un herpes en su lengua
que indecorosamente relame.
Escribo grafías de veleta y las engulle,
se desquician en su finura,
ya no son palabra, son arcano
y lo arrastra y profetiza su virtud,
no hay hastío,
es un rumiante compulsivo,
embebe mis huellas, se allega a mis pies
a mi no puede impelerme a su capricho
y se conforma en el celaje de besarme,
suspiro de elíseo
en la calina que se piensa sexo,
intento ver en su sosiego mis pupilas
traspasando los hemisferios de su atrevimiento,
pero vanamente, los devuelve a su ama,
es la manera en que goza de mirarme.
Arrastrando caracolas y piedras de nácar,
pretende tomarme prestada,
llevarse el corazón nocivo para sus adentros,
y me susurra al oído,
y cierro los ojos
y me concentro en su aliento,
me seduce como quiero,
y mis pies se llaman vida propia,
y mis manos azalea,
taciturno me posee,
se deleita licuando los remansos,
no subyugo,
soy molécula de agua,
bruma, extremidades, bruma,
y el arrecife en mis espiraciones,
no soy del mar, soy del viento.