domingo, 22 de mayo de 2011

Sábado 21

Abrazo con mi piel la escuela del estremecimiento
sin esperar más que el delirio de saberme entera,
de contar mis dedos y enterarme de una vez
que no estoy mutilada,
que mi adoración es incolora y sin espacio,
que aunque esta mitad se sienta pobra
y se aflija de las noches que disipan esmeraldas,
aúna el lenguaje propio y consentido
de la soledad que no se esconde,
que no priva por hacerse al engreído encuentro
de los ecos de unos labios invidentes
y el saber que no está sola.





Ilustración de Elena Ferrandis