Nos quedaremos en tablas
yo mi reina y tú, tu reí,
blanco y negro,
negro y blanco,
mudaremos nuestra piel.
En este juego, ajedrez,
me conformo en mezcolanza
que me agudiza el saber
que en el damero pulido
cabalga un níveo corcel
junto al bruno y azabache
sin esperar más que miel.
Piezas de esculpido mármol
de cantera Macael,
enrocando los pilares
de lo que será el querer.
Torres y arduos guerreros
negro Marquina de tez
cubren nuestra retaguardia,
no nos falta más poder.