miércoles, 28 de abril de 2010

Miércoles 28 DESFLORANDO

 
Me sonríen los ojales de tus mangas de camisa,
adulando las cisuras de una trasera con fondo,
un distrito donde velo escanciada en gabán,
el que ansiaba sustentar sobre tus huesos,
las noches de sombras desnudas y días sin cementerios.
días sobornados en diluvios y de noches dadivosas.

Me solazo y me embeleso con el hipar de la puerta,
como un canto que recuerda quien la cierra,
con esa llave maestra que todavía no es diestra,
mientras armo las palabras con charnelas
lubricando su afonía y su entereza.
Y trato de decretar un espacio de presencias
y enredarme entre las perchas del armario desflorado