viernes, 4 de junio de 2010

Viernes 04 VISITA INESPERADA




















Pensando que pensaba,
me olvidé de mi
por el camino corto,
para ser el arco boreal
prodigioso y etéreo
de las auroras del iris.

Ronroneaba una nana
para dormirme arrullada
entre rulos y jazmines,
nubes edulcoradas
de textura de algodón,
telarañas de azúcar.

Las pupilas se perdían
en el cromático prospecto
de las alturas en desuso
y las sábanas almidonadas
presumían de su dermis tersa,
para acoger al mejor de los sueños.

-¿Dónde vas niña adornada de dulces?
__A buscar un balcón para asomarme
-Vuélate al pináculo del atalaya
__Allí estaré.

Me confunde su actitud pausada,
¡Esta no era la niña que desafía a su sombra!

-Te buscaré un espejo, (Le digo en su reverso)
Me mira y se asombra,
se lleva la mano al viento,
su rostro ya es luz
y se proyecta en mis auroras del iris,

__¡Ya tengo un reflejo!