viernes, 30 de abril de 2010

Viernes 30 SACANDO ALGUNAS CONCLUSIONES


He dejado que irrumpas en mi lóbrego andurrial
pero en veces inscribo la necesidad de indultarte,
de resignarte con lo mucho que confieres.
Eres fuerte, existencial y te preguntas tantas cosas,
me resuelves, me procuras la dureza que se acrece.

Y este inexistente velo nos separa
a la vez que nos envuelve,
se enrosca, se retuerce, se agita los días de viento.

Las ventanas ya no cierran, amiga niña, amiga mía,
te doy y quiero ser magnánima contigo,
sigo siendo Tú, y me das tanto y no me impides,
que voy reparando sosegada, me se disponiendo,
y espero alcanzar la loma,
la que compartimos sin sabernos,
y sin duda, cuando toquemos el cielo
estará presto el tercero.