domingo, 20 de marzo de 2011

PRIMAVERA MON AMOUR

Un tendal de flores de azotea
se volatizó para no ser ornato de un búcaro,
se sirvió de los inaugurales soplos vespertinos
mientras las durmientes marejadas empeñaban
hasta sus espumas para dar asueto a las esporas,
milagros en ponderación de fértil
para ser embajadoras de un germen
que ya se respira,
que tiene los segundos tan intactos
como las lagunas del senil invierno,
aún sabiendo que en su tez perseverante
queda una baldía morisqueta por mostrarse.

Sábado 19 EXTRAPOLANDO

Un mezquino girasol
le saqueó la sombra que le concernía,
lento con su arrastre a cuestas
la inquiría como su bien más preciado.
Su estela, un hito para morderse la cola
las noches de luna
y sus astas un presunto don indefinido
los días de sombra.
La noche iba fustigando su tesón
sin piedad por no discriminar
ni distinguir aquella travesía absurda
reiterada, y ya sin sentido,
pero en la curiosidad amanecida
se alumbraban nuevamente los inviernos,
primaveras, veranos y otoños
espiando cada movimiento
con el desatino de aguardar
el curso natural de los seres de fluidos,
pero a veces no sucede lo que se adivina
y aquella esfera de sombra
se convirtió en su sempiterna roca.