miércoles, 30 de septiembre de 2009

Miércoles 30 Venus


















No existe nada más agraciado en el mundo

que un cuerpo de mujer desnudo,
claro-oscuro que da luz y savia propia a los sentidos,
sombras que dejan vislumbrar sensualidad
en este fruto que se muestra.
Sinuosos senos, curvas aterciopeladas,
“ombligo” que bella palabra y que contraluz poderoso.
Centro neurálgico de esta simetría excelsa.


Desaparecen las luces el cuerpo deslumbra
como en un cuadro de Rembrandt.
Poderoso ser omnipotente
capaz de dar a luz la vida.
Venus de marmol dormida,
mostrando su espalda yacente,
entre sábanas de seda,
atravesando materias,
desdibujando sus pliegues,
proclamando a la diosa que existe
íntimamente en nosotras.





 Cuadro: Rembrandt Harmenszoon van Rijn






Miércoles 30 Eternidad



Se inmiscuyó entre mis sábanas
como una exhalación del viento.
Se acercó calmoso y se contuvo,
entre mis muslos, vientre y pecho.
El deseo me asediaba y a la vez sentía el miedo,
frio y calor contenido, entre lamento y gemido.
Su cuerpo en perfil de alma
se convirtió en letra humana,
blanquecina tez de delicada sospecha.
Lo etéreo traspaso mi esencia.
Dilaté mi cuello y le mostré mi estrato
y en medio de tanta obsesión,
bebió mi sangre y yo la suya
Desdicha para vivir los dos.