miércoles, 26 de enero de 2011

Miércoles 26 TAN DE VIENTO

Escribir se convirtió en la herramienta de unos labios,
que cercenados
se embebían de la sal derramada en el piso,
no se aquejaban y apenas se oía un murmullo,
bisbiseaban alguna cosa inteligible,
sus manos eran neurasténicamente soberanas
de aquella práctica lícita,
tan caprichosamente de viento,
tan inesperadas como un cruce hacia ninguna parte.

CAMINANTES

Caminamos y a veces nos desperdiciamos,
intentamos estar en la mira de algo que refleje
o por lo menos que relumbre,
no siempre está en la trayectoria de pupilas
que pretenden nuestros ojos,
y es cuando los pies que arrastran lastre se redimen,
arácnidos y telúricos se insertan en las brechas
aunándose en un concilio de arrestos.
El camino se disuelve degustando el  paladar del riesgo,
nos hace bizarros y plausibles de cualquier ensayo,
los muros nos departen ciencia con su idioma vertical,
y las manos epicúreas de insistencia
fecundan los resquicios de sus piedras,
no hace la prisa al caminante más sabio
porque llueven areniscas sobre sus espaldas
y lloran roeduras azabache en sus mejillas,
la premura se agranda y sobran huellas
se angosta la valúa por conseguir la atalaya
y se nos va un poco de vida en cada paso,
expirando, inspirando,  suspirando
y colonizando el cielo por parcelas.