Laberíntica y entusiasmada por la vida
aspiro en doctorarme en las vivencias,
coleccionando relámpagos,
cincelarlos en sílice,
llenar mi casa si es que tengo,
de reliquias y abalorios de caricias,
para mis lóbulos, mi garganta, mis muñecas,
tobilleras y broches ceñidos al pecho.
Un museo sin aforo, ...sin horarios, sin vigía,
para quien se prende de letras
sin mas instancia que la que no poseo,
altruista del apetito
y de las manos que aprenden
el lenguaje de los versos.
Me presento entre la afluencia de frentes
como un número que asoma por lo bajo,
metro sesenta, y uno sin tacones,
y mi cuello telescópico despliega,
y mi espalda de bohemia se bascula,
oscilan los tiempos,
aquí me encuentro, allí me busco,
soy mundana, y más no puedo.
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