Novicia en la perplejidad de los golpes
disimulo un cárdeno desliz,
sigo siendo la neófita de mi trastienda.
disimulo un cárdeno desliz,
sigo siendo la neófita de mi trastienda.
No volveré a tener más miedo de mi sombra,
me cobija y solo tengo una,
y aunque lejos me quede la facultad de ser árbol
puedo agradecer su lejanía, existe.
me cobija y solo tengo una,
y aunque lejos me quede la facultad de ser árbol
puedo agradecer su lejanía, existe.
Ya no pintaré de sepia estos pasajes,
amarillean sin auxilio
y con su menudeo consecuente
se tornan cenicientos.
amarillean sin auxilio
y con su menudeo consecuente
se tornan cenicientos.
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