sábado, 12 de marzo de 2011

Viernes 11 EL CICLO DEL AGUA

La heredad se agrieta en forma de descomedida zarpa
anegando las arterias jadeantes,
se abre camino donde no hay permiso ni vereda
y lenguas de demontre tragan,
regurgitan y nos tornan embebido lodo.

Expectantes nos domesticamos sin remedio
a merced de las entrañas,
solo cabe este silencio lacio,
laxo de impotencia que no ampara,
un arcano que devora cifras y zozobra savias,
que nos llueve reflexivos por decreto,
nadie queda exento en este zapateo sin laurel,
y en este contrariado luto sin pañuelo
mañana el cielo rasgara sus ojos empañados,
y lloverá, y lloverán presencias condecentes
que verterán salobre sobre las heridas.

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