Treparé por la sierpe más alta,
una que me alce y me afiance
porque el vértigo no me estremece
y tampoco quiero prodigarme
en los detalles de un camino abrupto,
no quiero extraviarme por sus ramas,
no las desmerezco pero no me sirven
y tampoco quiero que malicien con mis gestos,
podrían malinterpretar mi lasitud,
y esta es de ley y de papiro histrión,
una ventisca de confeti atomizado
en este baile sin disfraces.
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