Manan veracidades
y presencio y me perpetúas,
que ironía y que dolencia,
anacronismo.
Caen los hierros como piedras
sobre los gentilhombres y siervos
para entumecer sus huellas
y el pasaje.
Polvo, arena y légamo
para desahuciar tribulaciones
y encubrir la mano en una espalda
¿Quien tiró la primera?.
Sin onda ni venda ni mortaja
y con la cara cuarteada
se lápida con un solo dogma
perdonarse sin perdón.
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