Tengo una implosión de huellas
dispersando líquido en un mar no calmo
y no es una mudez de olas ni inconstancia
ni tan siquiera inconsciencia,
es una paloma que me prende en llamas
desde el núcleo de un terrón de azúcar,
disgregada, descreída, distraída,
sin apariencias, reverenciando un círculo equilátero,
un teorema que se convierte en un dogma
de palabras y alientos mordidos.
Ayer hubo un corte de luz y no pude colgar mi poema diarío el primero en 319 días, :), y otra cosa el horario cambia hasta el día 20, ya que estoy en Buenos Aires y hay que atrasar cinco horas el reloj!! Buenos días mundo!!
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