Búscame en la antípoda del espejo
con esta licuación del gesto,
una gesta que me arma y me desarma
en la misma condición presunta,
¿Podrán creer que no es reflejo?
Son percepciones que francamente,
no incumben,
porque transito desnuda y llego,
no me llega la camisa al cuerpo,
porque ando despistada y llego,
y engrandezco a mi juicio
para atender la sin razón
que me ha ofrendado Morfeo,
un sueño, de nicotina.
Y ya despierta y en mi mano,
prendo un cigarrillo rubio…
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