Prefiero ser sumario de un instante
que eternizar y condonarme en mi presencia,
vivir sin miedo al no vivir mi vida viva,
por una noche conferida sin menú.
Emprenderé funambulesca singladura,
rindo mis sumas a tus restas del albor,
creo que existe una verdad sin evidencia
que la que pintas en mi casa de tablón.
Pernoctaré por no soñar jamás dormida,
velan gabelas cuando izas mi pendón,
dejas mis fuerzas al azar de las mareas,
son de los grises y las auras desazón.
Invoco al limbo por no convocar abismos
me arrastra el pulso si ya tiemblo en cognición,
enferman los colirios y me atizan los anhelos,
exfolio de entresijos sin justicia, sinrazón,
Sucumbir es un no puedo, epítome del clausurar,
quizá con la frente marchita, con las ojeras de tamo,
lloverán días de pliegos en el confín del exilio,
en el patio del sosiego, en las templanzas sin dios.
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