Para hurgar en los designios caprichosos
Pequeños hiladillos de bolillos,
De cada uno prenderá una hormiga
De cada una pende un filamento.
Trazarán mandalas de más fina plata,
Trenzas prendadas del alba
Y sus liturgias torpes por reguero
Y sus seis patas zapatitos nácar
Que van prendiendo entre la hilada argenta
Que van sumiendo su muerte descalzas.
Están danzando en el tapiz prohibido
Estelas, sendas camino de esparta,
Lacónicas ellas, que ríen sus gracias
Locas de trabajo, amordazada hazaña.
Perdieron su fe para dar su palabra
Posible razón de tejer para arañas.
Arácnidas presas, interfectas y mañanas
Atenciones de mentiras y traslados,
Volaran las alas negras de la insecta,
Volverán los días negros sin solsticios
y mudará su piel, por fin despierta.
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