Se muestran candentes, usufructos de la injuria,
aguamanil entre sales y vientres
derogan virtud la tornan nefasta.
Rajad, gritad, llorad, hastiad, cargad.
¿Perdón? Dicen incrédulas las tuertas
¿Será al saber, que ven el suelo y tiemblan?
No vence el mal por se mayor tormenta
y llega a ver porque su labio alienta.
Claro y vergel de aquella voz de alerta
que están aquí por ser palomas bellas,
no por tener su lengua más cubierta
podrán llegar hasta faringes muertas.
Pena al sentir las rosas tan ausentes
porque en el fin serían las presentes
tres fueron tres las que llevo el camino,
tres los sayones de flores sin destino.
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