sábado, 29 de diciembre de 2012

Me creo lo que veo y lo que se deja ver,
lo que se deja querer, se deja sentir y me abraza.
Quizá una fecha es una excusa o un pretexto,
una deliberación abierta de intenciones,
un hola, un hasta luego y un adiós,
y lo creo,
porqué mi corazón me dice,
es cierto,
sin embargo lo que anhelo no se deja ver,
no habla, no mira, no ve,
y yo zozobro en mis pesares,
que hoy son, pero quizá mañana,
serán recuerdos.

Tengo envidia del poeta que muerde la carne,
del que se sacia con sus versos infinitamente inacabados,
del que con su idioma más conciso y su saber estar y su saber llegar
puede adormecer al verbo que jamás se ha escrito.

Envidio a la palabra más humana,
a la que dice si o a la que dice no,
a la que cuenta cuentos con sinceridad y sin alarma,
sin psicología inversa y sin un eje transversal que la disperse.

Negocio con el tiempo y el silencio mas mundano,
breve y concisa, para que escriba cada nombre que no advierto,
porque a veces muda, a veces sorda,
no consigo comprender al mundo en que vivimos.

domingo, 28 de octubre de 2012


¿No sé por dónde escupe exactamente el frio?
Crepitando por debajo de la puerta,
crecido y presumiendo de su condición ambigua
desbocado en el silencio de un reloj versátil.
Se aferra en estas sábanas febriles,
la cama hostiga su calor
y sin requisa, mis manos gélidas
delatan un principio de fisura
donde brota la indolencia
y yo desfloro los renuevos con sus pétalos de escarcha,
lluevo en la espontanead del duermevela y se desangran,
confluyen en las sábanas que aún queman,
se evaporan como el sueño
y puedo ver sus sombras lémures
dibujando el escenario de una hora que no existe.

miércoles, 13 de junio de 2012

Desde un rincón…
Me visto con la camisa de sombra,
el pantalón de sombra,
zapato de tacón de sombra para enarbolar la sombra
y envuelvo mi garganta delicadamente con un pañuelo de sombra.

Me desvisto y apago la luz y sigo siendo sombra.

domingo, 27 de mayo de 2012


Los hechos hablan, hablan…
cuchichean por cada rincón
y no existe una queda que los calle.
Las palabras murmuran, murmuran…
se ríen de la lengua y de los maxilares,
duran lo que dura un parpadeo
y detrás del parpadeo
la imaginación se hunde, zozobra
y olvida las palabras.

domingo, 13 de mayo de 2012

Enmudezco entre palabras pacidas
que dejan de tener declamación
y me desvisto en la pragmática dulzura,
me dejo tomar por una sábana que implora primaveras…
metáfora de alguna inusitada noche,
y siento la caricia,
me desboco entre lindezas y osadías
mientras una disciplina de mis manos me elucubra
y enerva como un desatino de neuronas
en la placentera
y más que merecida tregua de mi sueño

lunes, 23 de abril de 2012

La noche me intimida y me puntea con su dedo índice, lo afila y redunda con la sombra de su mismo apéndice sobre mi cuello para finalmente descabellar con acierto una nuca que se exhibe tras la impostura de mis ojos.