Amilanaba la postura impía de mi propio impulso,
tan paradójico que requería un equilibrio
y fomentaba apologías del placer de ser y estar
con lo caduco sustraído,
con lo perenne tatuado,
con el propósito de mí y de mis anónimos silencios
infiriendo al recordar una sospecha;
Que los miedos ya dejaron de asomar
para mostrarse en cuerpo y sinfonía
y hermanarse con los gozos.
tan paradójico que requería un equilibrio
y fomentaba apologías del placer de ser y estar
con lo caduco sustraído,
con lo perenne tatuado,
con el propósito de mí y de mis anónimos silencios
infiriendo al recordar una sospecha;
Que los miedos ya dejaron de asomar
para mostrarse en cuerpo y sinfonía
y hermanarse con los gozos.
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