NO TENEMOS LO QUE MERECEMOS
No podemos ser la hostilidad del sinsentido,
no podemos ser el nombre que se rasga
para atenuarse en diligencia vejatoria,
nos va la vida y aún así,
la vista ajena se hace ajena,
los ojos se han tornado del cristal del que no mira,
y el color no existe
y lo profano se hace escuela
de miserias que no son extrañas,
que se tornan ciénagas
en cada páramo maltrecho,
y es que el sol ya no amanece
tras el crepúsculo de párpados.
Uy! que me hiciste reflexionar! Es muy fuerte, me encantóñ. Abrazo
ResponderEliminarme encanta como escribis...bello y profundo!!!
ResponderEliminarbesos!