Sin darme cuenta,
se mimetizaron mis igniciones
tras las cortinas de papel,
y la traza de humo que brotaba
del aguacero de chispas,
me hizo sospechar,
me hizo adivinar,
que las palabras nunca escritas
eran agua de limón,
que los detalles se alucian con las llamas
y que apenas importaban,
¿Para qué, si el recuerdo no puede quebrarse
y lo qué importa no es de memoria mojada?
se mimetizaron mis igniciones
tras las cortinas de papel,
y la traza de humo que brotaba
del aguacero de chispas,
me hizo sospechar,
me hizo adivinar,
que las palabras nunca escritas
eran agua de limón,
que los detalles se alucian con las llamas
y que apenas importaban,
¿Para qué, si el recuerdo no puede quebrarse
y lo qué importa no es de memoria mojada?
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