martes, 14 de diciembre de 2010

Lunes 13 AUTOPSIA DE UN DICIEMBRE VII

Dos eran dos
los mismos que lastimaron al tiempo
y le dieron quiebro en sus espaldas,
dos que no se arrepintieron por lo que no habían hecho
cuando no debían, dicen, creo,
y a la luz de madreperlas proclamaron
dibujaron labios con la palma de la mano
y se acariciaron sin tocarse,
se aman.
El muérdago ya balancea sobre el lecho,
y las palabras sobran, bailan,
nada desvanece cuando no se oxida,
cuando no coexiste ni respira,
germinan las simientes del invierno
en el parterre del jardín celado.

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