Tengo la garganta desgajada
y la mente intacta
o eso creo,
pero se me clavan las escarpias al tragar,
y es que sin salud…¿Qué dicen?
¡Difiero de todas sus formas!
En este momento es ausencia,
pero me siento tan fausta
que hasta el tálamo de los virales soplos
me cautiva al gesto de sus labios,
imprento mi atención en ellos
y se mitiga el detrimento
de un pasaje lejos de lo abstracto.
No deseo más que el paliativo paso de los días,
así, me voy acariciando lentamente el rostro,
inmunizando y trasteando mis rincones.
Buenas noches mundo desconchado,
aquí me planto y aquí, me pierdo.
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