Dime solo el nombre de las cosas y los días,
de los momentos que se tornan viento en la memoria.
Dime cuando y como fue la evocación de las retinas,
cuando el corazón se transformó en insecto
y pudo ver lo que no estaba escrito.
Dime todo y cada, que yo digo,
que yo, que tú,
que musitándome en este sentido
se escuchará lo dulce de la sal
y el despertar de un sueño exangüe.
Mis pies son huella en esta orilla sin meandros
dispuestas en el oleaje de un fragmento que revirtió en verde,
a veces sombra, nunca en balde, siempre impronta,
y es que saber, como que no sabíamos y ya sabemos
que en este instante, aquel bendito instante,
aquel que nunca efímero y tan nuestro
se perpetuó en glosario adicto de las odas.
es hermoso; Muy de ti me gusto mucho realmente siempre el nuestro resulta siendo efimero. :/ pasate por mi blog excelente Blog! :)
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