Se ha llevado un corazón al otro lado,
estraperlista de órganos sin des-conciertos,
arrebatada en el atoramiento
de la perplejidad vigía
fuera de jurisdicción.
Tierra de nadie y de todos,
de los amantes
que deambulan sus pesares
sin dar un paso ante la meridiana,
meridiano el fin,
entregados a un expiación de baladí.
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