Puedo asentir críticas y ópticas
vencidas e inmerecidas,
las acepto como una brisa al costado
y una filosofía de estigmas.
Así sigo caminando
sin renqueras,
ya no gira más esta ganzúa
y no se abre mas la boca que se cose,
una boca de calle,
de riego,
de dulce,
ni este corchete obstruido.
Se acabaron las milongas
Y las verbenas con baile,
¡Me fermentan de ostracismo
tanto de tanto y tanto de poco!
Que no preciso de mucho
pero si de todo el parvo.
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