La evocación de su piel
se inscribirá en la memoria de la lengua,
ella sabe y dice,
ella piensa y calla,
ella es la proclamación del verso
amarada en la planicie convexa.
Y caerán en rendición de sus pupilas
los amaneceres laxos
y los atisbos vedados,
cual fruición de paloma incandescente
cortejando a los amperios
en el voladero sin alambres.
Efímero sobrevenir de plumas
el de los mantos de verde.
Me gusta tu poesía, me gusta tu blog, te visitaré cada tanto, como el sediento agotado que se pierde en el desierto y encuentra un oasis... y vuelve a él para saciar su sed...
ResponderEliminar¡Fuerte abrazo!